Amedo: «Los servicios secretos venezolanos captaron a Verstrynge para crear un partido chavista»

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Manuel Cerdán

Los servicios secretos venezolanos, por orden de Hugo Chávez, captaron al ex político y profesor universitario Jorge Verstrynge para fundar en España un partido de corte chavista. Los contactos se produjeron a mediados de la década de los años 2000 y el interlocutor del régimen bolivariano fue el agregado militar de la Embajada de Venezuela en Madrid, Pedro Pérez Ravelo, según desvela José Amedo en una entrevista concedida en exclusiva a OKDIARIO. El ex policía de los GAL se enteró de la operación, de la que llegó a escribir el libro El Encargo, por sus relaciones con el espía de Caracas.

Jorge Verstrynge y Pablo Iglesias
Jorge Verstrynge y Pablo Iglesias. (Foto: EFE)

Amedo también tuvo la oportunidad de recibir en la capital de España, en 2002, a Miguel Rodríguez Torres, entonces director general de la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP) -hoy día, lo equivalente al Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN). El que fuera hombre de confianza de Chávez y, más tarde, ministro para las Relaciones Interiores y de Justicia con Nicolás Maduro se desplazó a España para rematar la misión, según confiesa Amedo en la entrevista.

PREGUNTA.- Usted tuvo en su momento unas relaciones muy estrechas con los servicios secretos venezolanos, creo que a mediados de los años 2000. Por esa época usted escuchó nombres de españoles que colaboraban con el Gobierno de Chávez y que ahora tienen un protagonismo público importante. ¿Me podría contar cómo fue esa relación y qué nombres escuchó usted entonces?

RESPUESTA.- En 2000 conocí a un vecino que me presentaron como militar venezolano. Como éramos vecinos, coincidíamos con mucha facilidad, la mayor parte de los días. Así se fraguó una intensa relación. Hasta que un día le pregunté por su trabajo y me dijo que era agregado de los servicios secretos en la Embajada de Venezuela. Le pregunté si era de la inteligencia de DISIP y me contestó que sí. Estuvimos varios años en contacto hasta que se marchó a Venezuela después de cumplir con su misión aquí.

P.- ¿Cuál era esa misión secreta?

R.- Me dijo que su misión era captar a Jorge Verstrynge para presentárselo a Chávez como asesor, a fin de fundar un partido político nuevo en España, de características similares al de Hugo Chávez. Y, en ese momento, su confesión no tenía ninguna importancia porque me importaba un pepino que se creara un partido de características similares a las de Hugo Chávez. Primero porque yo no pertenecía a los servicios de información ni nada por el estilo. Me decía que iba a la universidad, que prácticamente iba todos los días a la Universidad Complutense y que tenía que captar a Jorge Verstrynge para llevárselo a Hugo Chávez para que diera lugar a crear un partido político de las mismas características.

P.- Y usted ¿pudo seguir, paso a paso, todos sus movimientos?

R.- Un día me dijo que era mayor militar del ejército venezolano, me pidió si podía presentarle a algún agente de la inteligencia española al director general de la DISIP venezolana para que le facilitase datos sobre el golpe de Estado a Hugo Chávez, por si estaba implicado algún responsable político español. Y vino a verme el director de la DISIP (Miguel Rodríguez Torres). Yo le presenté a un amigo que era agente internacional, agente de inteligencia internacional. Se lo presenté. Ahí os quedáis. Y, evidentemente, luego me contó que le correspondió económicamente muy bien y le facilitó un informe de las implicaciones en el golpe de Estado de Hugo Chávez.

P.- ¿Entonces, lo que me está diciendo es que Verstrynge fue quien abrió la puerta para que llegaran después Monedero, Iglesias y otros?

R.- Entonces no me di cuenta. Porque en aquel momento me importaba un pepino. Con el tiempo sí me di cuenta de que había vivido todo el proceso. Que se acuerden ellos de estos nombres: Pedro Pérez Ravelo, que fue el que capta a Verstrynge, y luego Miguel Rodríguez Torres, director general de la DISIP venezolana, mano derecha de Hugo Chávez. Aquí estuvieron con todos ellos, se trataban, me enseñaba Pedro Pérez Ravelo -a quien algún día le acompañé al aeropuerto- bolsas enteras de billetes de 100 euros que venían por valija diplomática. Ese proceso lo viví directamente, aunque me importaba un pepino porque yo no me dedicaba a esas cosas. Fue casualmente por la amistad que tenía con Pedro Pérez Ravelo.

 

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